Los profesionales vinculados a problemáticas familiares se encuentran con una serie de desafíos en el proceso de evaluar y asesorar a las familias en conflicto judicial. Uno de ellos es “ser justos” y preservar los derechos, especialmente de los más vulnerables, como son los niños y niñas que se ven involucrados en los conflictos familiares de los adultos. Es por esto, que predomina la necesidad de entregar resultados contundentes y sugerencias aplicables al momento de que los Magistrados tomen una decisión frente a los conflictos familiares, realzando la importancia de contar con procesos y equipos de trabajo interdisciplinarios y capacitados para responder a los requerimientos que las familias y el sistema jurídico solicitan.